Este post responde a una iniciativa de Tazzio, quien me propuso hacer un homenaje a una persona que dio mucho por nosotros: José "Guanábana" Quintana Godinez. Obviamente accedí de inmediato; además de su indiscutible aporte a nuestro querido softbol, a él me une la nostalgia de numerosos momentos compartidos cuando estaba radicado en Paraná y se pasaba sus días en la cancha de Estudiantes.
José fue un MAESTRO con todas las letras, entendiendo este apelativo como sinónimo de enseñanza desinteresada, de sabiduría en muchos aspectos, de calidez y calidad humana, pero quién mejor para hablar de él que una de sus jugadoras, alguien que se considera fruto de todo lo brindado por "el Profe", por eso, sin más que decir, les dejo las palabras de Claudia...
"...En 1993 llegó desde Cuba a trabajar con las mujeres el Prof. José Guanábana Quintana, quien ya colaboraba con el masculino en Paraná, para darnos toda su sabiduría y experiencia. Me acuerdo que el primer día, después de la práctica, nos dijo: "si yo sabía ésto, ni venía", nosotras no lo podíamos creer, estaba tan enojado que se quería volver, él decía que ya no estaba para enseñar de base. Los días fueron pasando al igual que los entrenamientos y José veía que mejorábamos, así fue cambiando su postura sobre nosotras. Cuando nos fongueaba sacábamos la cara y él nos decía, con su tonada cubana, "cuuuuidaoo, le va a dar en los senos" y se ponía loco, también nos ponía a fildear fly contra el sol y al principio ni la veíamos, así nos comimos algún que otro pelotazo, y así un día se fue de la práctica, pero siguió insistiendo porque en el fondo él me decía "van a salir buenas".
Siguieron transcurriendo los días, cada vez más entrenamientos, él siempre decía que una práctica no debía tener menos de 400 a 500 swings de bateo, y es así que en aquella oportunidad nos preparábamos para el Mundial 94´ y muchas entrenábamos doble turno. Yo vivía en el CENARD entonces no podía zafar por nada del mundo, si me decía a las 16 hs y yo bajaba 16:05 hs ya me retaba, de hecho una vez llegué 10 minutos tarde y él ya no estaba, ese día no me entrenó, nunca más llegué tarde, él me dijo "a ustedes no les gustaría que yo lo haga, el respeto empieza ahí", esa fue su forma de darnos conducta deportiva, de mostrarnos lo que significaba estar en la selección, y fue así que aprendí a quererlo de una forma muy especial, porque además vivíamos en el mismo lugar; todo el mundo en el CENARD lo conocía, los demás deportistas siempre trataron de ayudarlo en lo que necesitara. Lamentablemente nosotras lo agarramos en una etapa que ya estaba muy cansado, lejos de su familia, que era por lo que seguía peleando. Nunca me voy a olvidar aquel día que juntamos plata para hacerle un regalo, le compramos una campera para el invierno porque vivía con mucho frío y cuando se la dimos se puso a llorar, creo que fue una de las cosas más fuertes que vivimos porque siempre estábamos pendientes de que él estuviera bien, lo mejor posible en su estadía.
Siempre nos hablaba muy bien de la gente de Paraná que tanto lo ayudó, cada vez que volvía de visitarlos venía llenos de cosas para llevarse a Cuba, incluso un día trajo una bici que le habían regalado para su nieto.
El Profe estuvo hasta los Juegos Panamericanos del 95´y nos dejó una enseñanza única, yo tenía una base porque Elena nos había enseñado cuál era la conducta deportiva que se debía tener para estar en la selección, y él seguía con esa línea: entrenar cada vez más y mejor para lograr los objetivos, sin entrenamientos no llegaríamos a nada, mucha disciplina, amor a lo que hacemos y convencidas de que estábamos en la selección ARGENTINA y todo lo que eso representaba.
En lo personal sólo puedo decirle gracias por todo lo que aprendí, no sólo en lo softbolístico, sino en lo humano: a valorar todo lo que tenemos y en el país que vivimos, porque él me lo hacía ver en cada momento, cuando juntaba los sobrecitos de azúcar para llevarse a Cuba me decía: "si ustedes supieran lo que ésto significa para nosotros", y fue así que cuando lo llevamos con Chivi a Ezeiza aquel día que se fue, supe que ya no lo volvería a ver y me dio mucha tristeza porque se iba un maestro, pero por sobre todo un gran amigo...".
José fue un MAESTRO con todas las letras, entendiendo este apelativo como sinónimo de enseñanza desinteresada, de sabiduría en muchos aspectos, de calidez y calidad humana, pero quién mejor para hablar de él que una de sus jugadoras, alguien que se considera fruto de todo lo brindado por "el Profe", por eso, sin más que decir, les dejo las palabras de Claudia...
"...En 1993 llegó desde Cuba a trabajar con las mujeres el Prof. José Guanábana Quintana, quien ya colaboraba con el masculino en Paraná, para darnos toda su sabiduría y experiencia. Me acuerdo que el primer día, después de la práctica, nos dijo: "si yo sabía ésto, ni venía", nosotras no lo podíamos creer, estaba tan enojado que se quería volver, él decía que ya no estaba para enseñar de base. Los días fueron pasando al igual que los entrenamientos y José veía que mejorábamos, así fue cambiando su postura sobre nosotras. Cuando nos fongueaba sacábamos la cara y él nos decía, con su tonada cubana, "cuuuuidaoo, le va a dar en los senos" y se ponía loco, también nos ponía a fildear fly contra el sol y al principio ni la veíamos, así nos comimos algún que otro pelotazo, y así un día se fue de la práctica, pero siguió insistiendo porque en el fondo él me decía "van a salir buenas".
Siguieron transcurriendo los días, cada vez más entrenamientos, él siempre decía que una práctica no debía tener menos de 400 a 500 swings de bateo, y es así que en aquella oportunidad nos preparábamos para el Mundial 94´ y muchas entrenábamos doble turno. Yo vivía en el CENARD entonces no podía zafar por nada del mundo, si me decía a las 16 hs y yo bajaba 16:05 hs ya me retaba, de hecho una vez llegué 10 minutos tarde y él ya no estaba, ese día no me entrenó, nunca más llegué tarde, él me dijo "a ustedes no les gustaría que yo lo haga, el respeto empieza ahí", esa fue su forma de darnos conducta deportiva, de mostrarnos lo que significaba estar en la selección, y fue así que aprendí a quererlo de una forma muy especial, porque además vivíamos en el mismo lugar; todo el mundo en el CENARD lo conocía, los demás deportistas siempre trataron de ayudarlo en lo que necesitara. Lamentablemente nosotras lo agarramos en una etapa que ya estaba muy cansado, lejos de su familia, que era por lo que seguía peleando. Nunca me voy a olvidar aquel día que juntamos plata para hacerle un regalo, le compramos una campera para el invierno porque vivía con mucho frío y cuando se la dimos se puso a llorar, creo que fue una de las cosas más fuertes que vivimos porque siempre estábamos pendientes de que él estuviera bien, lo mejor posible en su estadía.
Siempre nos hablaba muy bien de la gente de Paraná que tanto lo ayudó, cada vez que volvía de visitarlos venía llenos de cosas para llevarse a Cuba, incluso un día trajo una bici que le habían regalado para su nieto.
El Profe estuvo hasta los Juegos Panamericanos del 95´y nos dejó una enseñanza única, yo tenía una base porque Elena nos había enseñado cuál era la conducta deportiva que se debía tener para estar en la selección, y él seguía con esa línea: entrenar cada vez más y mejor para lograr los objetivos, sin entrenamientos no llegaríamos a nada, mucha disciplina, amor a lo que hacemos y convencidas de que estábamos en la selección ARGENTINA y todo lo que eso representaba.
En lo personal sólo puedo decirle gracias por todo lo que aprendí, no sólo en lo softbolístico, sino en lo humano: a valorar todo lo que tenemos y en el país que vivimos, porque él me lo hacía ver en cada momento, cuando juntaba los sobrecitos de azúcar para llevarse a Cuba me decía: "si ustedes supieran lo que ésto significa para nosotros", y fue así que cuando lo llevamos con Chivi a Ezeiza aquel día que se fue, supe que ya no lo volvería a ver y me dio mucha tristeza porque se iba un maestro, pero por sobre todo un gran amigo...".
Hay un antes y un después de José en el softbol argentino, algunos no lo conocieron, pero en cada gesto técnico, en cada acción de quienes hoy se encuentran en un promedio de 35 años de edad, jugando aún en Primera División, o ya retirados, se observa su "chapa". José le enseñó todo a aquella camada, no se guardó nada, algunos agradecidos lo transmitieron y así sus enseñanzas siguen vigentes. José fue un grande y a varios años de su partida aún permanece entre nosotros.
¡¡¡Gracias Clau por compartir estas vivencias tan valiosas con todos nosotros!!!
7 comentarios:
Que lindo recuerdo Jose era un grande tengo muchas anecdotas con el pero la que mas me llenaba de ternura era que siempre me pedia que le regale perfumes para su señora Fue un gran amigo
lo que significo para mi fue algo muy especial, que sin dudas me marco como jugadora y espero poder hacerlo como entrenadora, siempre está presente y no me canso de marcar todo lo que nos enseño. Gracias Profe por todo.
Un grande, de verdad!!!! Quiero agregar una anécdota: entrenando para los panamericanos del 95, el profe nos hacía ir a entrenar a todas con gorra, ya que en el torneo jugaríamos con gorra y deberíamos acostumbrarnos a usarla. Parado en el home, fonguea un fly al Right Fielder donde lo esperaba Soledad Capello, una vez que lo agarra, José le grita: "Capello, dónde has dejao tu cachucha" juajuajua, para quienes la conocieron a Soledad, podrán imaginarse sus carcajadas y delicadamente tocándose sus partes le contestó: "Acá está, profe" Me acuerdo que nos empezamos a reir tanto y tuvimos que parar el entrenamiento y el profe estaba re enojado.... jajaja....pobre...
Entrené casi dos años con él en la selección, preparándonos para los panemericanos y lamento no haberlo aprovechado más...!!!! Un fenómeno!
Chicas: uds son muy afortunadas, lo vivieron y disfrutaron como entrenador, ojalá puedan transmitir sus enseñanzas así siempre seguirá entre nosotros.
Yo fui una de las afortunadas en conoser al profe y tenerlo de entrenador para dos torneos, como cuenta Claudia, los ultimos tiempos ya estaba muy cansado y no veia la hora de estar con su familia, pero nunca bajo los brazos y tiro para adelante hasta lo ultimo, tambien fue que cuando vino a Buenos Aires sintio mucho el cambio, y extranaba la gente de Parana.
Tengo intacta su sonrrisa, su inolvidable y incansable fongueo durisimo para nosotras.
tengo una anecdota graciosa, un dia me dijo:...SABES PORQUE A TI TE DICEN "HUEVA"??? POR LOS SEEENOS!!!! (con los ojos grandes indicando su pecho y haciendo el gesto con las manos).
Adios profe, y gracias por ayudarnos a ser mejores!!
Yo fui otra de las afortunadas de integrar el equipo del profe... UN GRANDEEEE!!!
La verdad es que saco lo mejor de cada una de nosotras...
El me puso de sobrenombre "Loquiyo"... y recuerdo que cuando iba a entrenar dormida y con los ojos pintados.. me gritaba " Loquiyo!!! viene del boliche????!!! ajajajaj... como nos hacia reir....
Me da mucha nostalgia ver su foto... pasamos momentos muy lindos...
Un enorme gracias al profe y hasta siempre!!!!
Loquiyo
Un gusto Daniela tenerte por acá! Ojalá sigas frecuentándonos y aportando desde tu satisfactorio paso por nuestro deporte...
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