viernes, 27 de febrero de 2009

Taipei 99'.

Hace 10 años atrás la Selección Argentina Juvenil se encontraba en pleno proceso de preparación para el mundial de la categoría que se desarrollaría ese año en China, Taipei.
Aquel equipo estuvo dirigido por Fernando Aren(h) y sus coaches fueron Héctor Garolini y Eduardo Gerardi; junto a Andrés Luna, Marcelo Corsino y Tristán Zapata, quienes no pudieron viajar por problemas de presupuesto.
Las jugadoras que representaron a nuestro país fueron: Guada Moreno de Sgo. del Estero, Anita Grandes de Bahía Blanca, Tali Salas Giorgio, Yani Palermo, Vero del Río y Paula Stella de La Plata, Carito Leibman, Mimí Daniel, Laura Aren, Caro Jaime, Johanna Stisin, Tami Bobrow, Yami Levy, Inés Copello, Cotty Busso Gómez y Vale Livschitz de Buenos Aires, y quien les escribe de Paraná.
Los entrenamientos se realizaron desde enero a julio, el momento del viaje; mayoritariamente en doble turno, con sesiones de ejercicios aeróbicos y de musculación. En la parte softbolística lamentablemente no se contó casi con canchas reglamentarias, sino que se utilizaron los campos de hockey y fútbol del CENARD, y pocas veces las instalaciones de Ciudad, sobre todo cuando se realizaron partidos de entrenamiento.
Como pareciera ser de costumbre, hasta último momento no se supo si el dinero necesario estaría disponible para realizar el viaje, llevando en esa improvisación, entre otras cosas, a encontrarnos en el aeropuerto, a punto de embarcar, sin la ropa de juego. Finalmente ésta llegó, con talles más chicos que lo requerido, y las espaldas sin la numeración obligatoria. Estos detalles se solucionaron en tierras orientales, con una muy buena disposición del grupo, que incluyó la ayuda a Anita para armar una remera con su talle, cortando retazos de otra y agregándoselos con pegamento (¡¡¡y eso que la ropa la pagamos las jugadoras!!!).

Deportiva y lamentablemente, los resultados no fueron los esperados, jamás se llegó al nivel deseado, muchas fallas en el proceso se notaron a la hora de pararse en el campo, incluso con combinaciones tácticamente impensadas, por ejemplo que Tami Bobrow, quien había viajado como 1era base tuviera que catchear, y yo pasara del círculo de pitcheo a ocupar su lugar cuando jamás había jugado en esa posición...sí, leyeron bien, debuté en la 1era base en un campeonato mundial!!! (patético).
A pesar de volver a casa frustrada softbolísticamente hablando, una década después aún recuerdo cada entrenamiento, cada momento compartido con ese maravilloso grupo, donde hice grandes amigas que aún hoy conservo.
Los entrenamientos fueron duros, las expectativas amplias, el esfuerzo inconmensurable, la entrega de cada una, irrepetible. Los resultados no llegaron, pero absolutamente todas las integrantes de aquel grupo dimos lo mejor que teníamos. Terminamos entre los últimos de la tabla de posiciones, pero no nos quedó nada por brindar.
Aprovecho la oportunidad para mandarle un abrazo enorme a cada una de ellas, las que viajaron, y las que lamentablemente quedaron en el camino. Desde su lugar me ayudaron a afianzarme como jugadora, pero sobre todo, a crecer como persona.
Gracias Tali por enviarme estas fotos, y despertar este pedacito de nostalgia.

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